Artes como la literatura, la pintura y quizá sobre todas ellas, el cine, han sido impulsores de la idea de representar a las brujas como un elemento mundano e impuro en la historia en la que el ciudadano del mundo moderno se siente alejado pero no siempre internamente inmunizado.
La brujería consiste en un ejercicio de pretendidos poderes sobrenaturales puestos en práctica mediante ritos mágicos que en algunos casos tiene intenciones diabólicas. Tal es el caso de los amarres de amor, ataduras o hechizos que influyen sobre un individuo de manera negativa para contrarrestar su energía.
Normalmente estos actos suelen conocerse como magia negra o hechicería, este último término fue utilizado por los mercaderes portugueses a las prácticas religiosas observadas en las colonias africanas. No obstante, la noción de hechicería o de magia en general puede designar unas prácticas con fines religiosos más positivos, mientras que en la brujería es característico el propósito maléfico.
Fenómeno europeo
En realidad, la brujería, fue un fenómeno europeo que aunque constituyera una práctica mágica su rasgo esencial era lo demonológico y por ende se hallaba intrínsecamente unida al cristianismo.
En general, la brujería era una práctica realizada por mujeres mayores, con menos frecuencia hombre y jóvenes, marginados por su conducta asocial y tímida con los vecinos. Sus maleficios provocaban abortos, impotencia, enfermedades, epidemias y, en algunos casos, fenómenos devastadores de la naturaleza.
Sus poderes se atribuían a pactos con el Diablo, al que entregaban su alma a cambio de algo en específico y sus rituales se practicaban en la noche, preferiblemente en pareja, en compañía de elementos impuros y macabros tales como: entrañas de animales y exhumación de cadáveres.
Los actos de brujería organizados, en los que se empleaban ciertos ritos diabólicos recibieron el nombre de aquelarres y consistía en reuniones de brujos y brujas con la supuesta intervención de demonios, quien asumía la forma de un animal en la que los congregados bailaban lujuriosamente danzas, entonando canciones obscenas, acompañadas de música diabólica. Además, se solían generar orgías y festines canibalísticos.
Las brujas de Salem
La creencia de las brujas fue llevada a Norte América por las colonias inglesas y no fue sino hasta 1692 cuando tuvo lugar un famoso proceso en Salem, Massachusetts, en el que tras largos interrogatorios con torturas se condenó a más de 30 personas.
En los tiempos modernos, las creencias en la brujería o en la he hechicería han desaparecido de la vida ordinaria, aunque en algunos ambiente sociales, de manera esporádica, han existido algunos caso. No obstante, los científicos que tratan estos casos los despojan de sus elementos escenográficos y luego estudian las posibles causas físicas o psíquicas que pudieron haber producido los sorprendentes efectos.
El fenómeno de la brujería ha suscitado numerosos estudios antropológicos, en tanto la historia de las religiones ha tratado ampliamente sobre la hechicería y la magia en los pueblos primitivos, algo que refiere a la británica europea Margaret Murray quien ha explicado con su literatura el predominio de la brujería en ciertas religiones.
Otros escritores como H. R. Trevor Proper, consideraba que si bien existía un sustrato folklórico acerca de la brujería fue la iglesia católica la que lo sistematizó y codificó como medio para reprimir la herejía y ejercer presión sobre las desviaciones doctrinales, creando un auténtico corpus de demonología.
Está mezcla de ritos arcaicos, superstición diabólica, convulsiones políticas y persecución oficial, que necesitaba chivos expiatorios, fomentó las alucinaciones personales, procedentes de sectores marginados, quizá con poderes psicológicos e imaginaciones o al menos obsesiones colectivas.
El fenómeno de la brujería sería fundamentalmente un reflejo de las tensiones sociales existentes durante los siglos en donde se gestó la Europa moderna.
La persecución de quienes practicaran estos actos diabólicos se inició principalmente en los países católicos, también en Europa, al norte de Francia, sudoeste de Alemania, países escandinavos e Inglaterra. Al parecer, para la época de la inquisición española, resultó ser muy inflexible en lo referente a la herejía, fue aquí donde se mostró a la sociedad más escéptica sobre este tema y donde se dictaron alrededor de más de veinte sentencia de muerte.
Es importante mencionar que la imaginación popular de las brujas volando en escoba se le atribuye a las creencias recogidas por pintores como Goya, quién mostraba en sus pinturas a estos fenómenos