El kebab es mucho más que un plato de comida rápida; es una tradición milenaria que ha cruzado fronteras y se ha adaptado a diversas culturas. Sus orígenes se encuentran en el Medio Oriente, donde el kebab, cuyo nombre en persa significa “carne asada”, era una exquisitez reservada para las élites. Con el paso del tiempo, este manjar ha evolucionado hasta convertirse en una opción accesible para todos, manteniendo su base sencilla: carne, especias y una técnica de asado única. Hoy en día, el kebab se disfruta en barrios multiculturales de ciudades de todo el planeta y es suficiente pasear o salir por Barcelona, París y Buenos Aires.
La ruta del kebab desde Oriente Medio a Europa
La técnica original del kebab consistía en asar carne en pinchos sobre brasas, proceso que daba como resultado un sabor ahumado y delicioso. Esta tradición, conocida como “sish kebab”, fue popular en Persia y posteriormente en Turquía, donde se perfeccionó. Con la expansión del Imperio Otomano, el kebab se difundió y fue adaptándose según los ingredientes locales de cada región. Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando, gracias a la migración de comunidades de Oriente Medio hacia Europa, el kebab comenzó a ser conocido fuera del mundo árabe.La versión que más se popularizó en Europa fue el döner kebab, o “carne giratoria” en turco, en el que capas de carne se asan lentamente en un asador vertical. Este método permite que la carne mantenga su jugosidad y facilita su servicio en rebanadas finas, características que conquistaron rápidamente el paladar europeo.
Döner kebab: de Berlín al resto de Europa
El döner kebab experimentó un auge en Alemania a partir de los años 70, en parte gracias a la comunidad turca establecida allí después de la Segunda Guerra Mundial. En Berlín, el döner encontró su lugar como un plato rápido y accesible que encajaba perfectamente con el estilo de vida urbano. Desde entonces, este tipo de kebab se expandió a otros países como Francia, Reino Unido y Suiza, y en ciudades como Barcelona, se ha convertido en un clásico de la comida callejera. Aquí, además, surgieron versiones “gourmet” que añaden toques innovadores y productos locales.
Variedades del kebab en diferentes culturas
Aunque el döner es el tipo más conocido en Europa, existen muchas variantes de kebab alrededor del mundo. En Grecia, el gyros utiliza carne de cerdo y se sirve con ingredientes como yogur y pepino, adaptándose a los sabores locales. En el Medio Oriente, el shawarma es otra versión destacada, con especias como el comino y la pimienta que le otorgan un sabor intenso y característico. Este estilo es muy común en países como Líbano e Israel y se disfruta en pan de pita junto a vegetales frescos.
Expansión a América y Asia
El éxito del kebab pronto llegó a América y Asia, donde se adaptó a los ingredientes y preferencias de cada región. En Estados Unidos, aunque el término “kebab” suele referirse a carnes en brochetas, el döner ha ganado popularidad en ciudades como Nueva York. En América Latina, el shawarma es especialmente popular en países como México y Argentina, donde se fusiona con ingredientes locales, creando una experiencia multicultural en cada bocado.
El kebab moderno: de comida callejera a alta cocina
La capacidad del kebab para reinventarse es una de las razones por las que sigue triunfando en todo el mundo. Desde su base de carne asada, hoy encontramos kebabs que incluyen ingredientes gourmet y presentaciones innovadoras. En ciudades como Barcelona, estos kebabs “gourmet” se han convertido en una experiencia culinaria que mezcla tradición con toques modernos, adaptándose a la alta cocina.
Un emblema de la cocina global
Desde sus orígenes humildes hasta convertirse en un ícono global, el kebab representa una deliciosa fusión de culturas. Su simplicidad y versatilidad han hecho que se integre en numerosas tradiciones culinarias, desde los puestos callejeros hasta los restaurantes de lujo. Sin duda, el kebab continuará viajando y evolucionando, manteniendo su esencia y conquistando paladares en cada rincón del mundo.