Mantener una relación amorosa con otra persona nunca ha sido una tarea fácil. Los seres humanos podemos llegar a ser muy complejos con nuestras emociones. Afortunadamente, los amarres de amor se han vuelto una solución eficaz para reparar cualquier ruptura.
Aun así, lo más ideal es prevenir que eso ocurra. Quizá no lo sepas, pero a veces muchas de las causas de un rompimiento amoroso pasan desapercibidas. Por lo tanto, hoy te mostraremos cuáles son las más frecuentes. ¡Fíjate bien en ellas y evítalas para proteger tu relación!
Infidelidad
Parece increíble, pero incluso en el siglo XXI la infidelidad sigue siendo un problema frecuente en las relaciones. Tal vez se deba en parte a la naturaleza del ser humano y a su poca resistencia ante ciertas tentaciones.
Lo cierto es que un buen número de rupturas amorosas se deben a que uno de los miembros de la relación descubrió una falta de este tipo. Curiosamente, en muchos estudios y encuestas se ha encontrado que muchas personas estarían dispuestas a perdonar algo así.
Pero es evidente que ese grupo no representa la mayoría de la población. De ese modo, si quieres evitar cualquier rompimiento amoroso, respeta siempre a tu pareja.
Recuerda: seguramente él o ella te querrán de verdad, mientras que tu amante te verá solo como una diversión. No dejes ir una conexión bonita y feliz por un simple juego.
Celos
Los celos también son un problema antiguo en las relaciones amorosas. En este caso debemos considerar que tenemos una estructura mental que nos impulsa a ser egoístas y posesivos.
Por ese motivo no queremos compartir a nuestra pareja: la consideramos como una propiedad. Sea como sea no es sano, y acaba convirtiéndose en una molestia para la otra persona. Puede que lo soporte por un tiempo, aunque luego de eso no lo pensará para irse de tu lado.
Y es que no se puede estar con alguien que intenta ver infidelidades donde no las hay. Es algo que eventualmente genera mucho estrés, lo cual termina derrumbando el amor que alguna vez sentimos.
Dinero
Cuando hablamos de dinero, nos referimos a todas las situaciones conflictivas que pueden generarse dentro de una relación de pareja por motivos económicos.
Las finanzas son parte de toda convivencia. El amor es importante, pero también lo es el sustento. Y hay tres situaciones típicas que suelen ser el origen de más de un rompimiento amoroso:
- Solo uno de los dos trabaja.
- Uno de los dos es un derrochador impulsivo.
- Uno de los dos tiene una personalidad muy tacaña.
Cada una de esas posibles situaciones puede ser un peligro a su manera. Por ejemplo, cuando uno de los integrantes es un derrochador, al otro le parecerá que su conducta es irresponsable. Los gastos se irán acumulando mientras el amor a su vez va disminuyendo.
Diferencias de pensamiento
Esta causa se ignora mucho, lo cual es un gran error. Los humanos necesitamos estar con personas que compartan nuestra forma de ver el mundo. De lo contrario, las discusiones no tardarán en llegar.
Esto se puede notar en especial cuando se trata de la crianza de los niños. Quizá tus valores sean diferentes a los de tu chico y quieras una educación más estricta, mientras que él prefiere algo más libre.
Ese mismo problema puede ocurrir en muchas otras áreas. Ya sea en la forma de ordenar las cosas, en el respeto a la privacidad, etc., si las diferencias son demasiado notables será casi imposible que puedas impedir la ruptura.
Falta de equilibrio
Una relación es de equilibrio. Es vital que puedas recibir todo lo que das. Por desgracia, en muchas ocasiones hay parejas que no han aprendido a sobrellevar esto.
Si sientes que entregas todo de ti mientras que la otra persona se limita a darte solo lo básico, rápidamente acabarás molestándote. Incluso si intentas ser comprensivo, no tardarás en darte cuenta de que no eres valorado.
Si es al revés, tal vez tu amado no te diga nada, aunque eso no significa que no se sienta mal. En algún momento estallará, y cuando eso suceda no habrá nada que puedas hacer para arreglarlo.