El I Congreso Futuro Iberoamericano, celebrado en la emblemática Casa América de Madrid los días 30 y 31 de octubre, se consolidó como un foro de debate esencial sobre los desafíos y oportunidades que el futuro presenta a la región. Organizado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Fundación Encuentros del Futuro, este evento atrajo a destacadas personalidades de la política, la ciencia y la academia, incluyendo la presencia de SM el Rey Felipe VI.
En este marco de reflexión profunda sobre temas cruciales (el futuro del orden mundial, la crisis democrática, el cambio climático y, fundamentalmente, la educación en la era de la inteligencia artificial), la voz de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) resonó con particular fuerza a través de su promotor, Miguel Arrufat.
Su participación se centró en la necesidad de una formación profesional digital con un enfoque colaborativo. Esta es una prioridad que, según su análisis, es indispensable para que las instituciones de educación superior puedan afrontar la disrupción tecnológica.
Su afirmación, “En cinco años la IA va a cambiar totalmente la universidad”, sirvió como catalizador para un análisis detallado de los cinco grandes impactos de la Inteligencia Artificial en el ámbito universitario.
El quinto impacto: la Universidad como ecosistema de inversión y colaboración
El análisis no se limita a los efectos de la IA en la docencia, la investigación o el alumnado, sino que se extendió a la propia estructura y funcionamiento de la institución universitaria. Este quinto impacto, que aborda la transformación de la universidad en su conjunto, es el que requiere una respuesta más coordinada y de mayor envergadura.
Arrufat destacó que las universidades españolas ya han comenzado a trabajar activamente en este reto. No obstante, advirtió que la magnitud de la tarea exige un compromiso que trasciende las capacidades individuales de cada centro.
La necesidad de inversiones masivas y personal especializado
La integración efectiva de la Inteligencia Artificial en todos los procesos universitarios —desde la gestión administrativa hasta la personalización del aprendizaje y la optimización de la investigación— no es una tarea menor. Requiere grandes inversiones económicas y personal especializado.
Esta necesidad de capital no solo se refiere a la adquisición de infraestructura tecnológica de vanguardia, sino también a la inversión en el capital humano.
La formación de un cuerpo docente y administrativo capaz de manejar y aplicar estas nuevas herramientas es un desafío logístico y financiero. Se necesitan expertos en didáctica digital, diseñadores instruccionales, ingenieros de datos y especialistas en ética de la IA.
La creación de estos equipos multidisciplinares, que deben estar a la vanguardia del conocimiento, implica una reestructuración presupuestaria y un compromiso a largo plazo con la capacitación continua.
La visión de UNIR, como universidad pionera en la metodología online, subraya que esta inversión debe estar orientada a crear sistemas robustos que aseguren la fiabilidad de los resultados académicos y la autoría del estudiante.
La cooperación permanente como imperativo estratégico
Más allá de la inversión interna, se enfatiza la “necesidad de cooperación permanente entre universidades”. En un contexto de recursos limitados y de una evolución tecnológica vertiginosa, la competencia tradicional entre instituciones debe ceder paso a un modelo de colaboración estratégica. Esta cooperación se concibe en varios niveles:
- Compartición de infraestructura y recursos: la inversión en grandes modelos de lenguaje es inasumible para muchas universidades de forma individual. La colaboración permite crear hubs tecnológicos compartidos, optimizando el uso de recursos y democratizando el acceso a herramientas de IA de alto nivel.
- Intercambio de buenas prácticas didácticas: la IA está redefiniendo las metodologías de enseñanza. La cooperación permite a las universidades compartir rápidamente los modelos de éxito en la implementación de asistentes virtuales, laboratorios simulados y sistemas de evaluación adaptativa.
- Investigación Conjunta: los grandes retos de la IA en la educación requieren proyectos de investigación ambiciosos. La colaboración interuniversitaria, especialmente en el ámbito iberoamericano, permite aunar talento y obtener resultados de mayor impacto global.
El rol ineludible del Estado: fomentando la colaboración público-privada
El tercer pilar de la transformación universitaria es la colaboración público-privada. El Estado debe abrir espacio a la colaboración público-privada para impulsar la agenda de la IA en la educación superior. Esta alianza es fundamental para movilizar el capital y la experiencia necesarios para la digitalización a gran escala.
Sinergias para la innovación y la transferencia de conocimiento
La colaboración entre el sector público (universidades y organismos de investigación) y el sector privado (empresas tecnológicas y startups de EdTech) ofrece beneficios mutuos y cataliza la innovación:
- Aceleración de la innovación: las empresas privadas aportan la agilidad y la capacidad de desarrollo rápido de soluciones tecnológicas que a menudo son difíciles de replicar en el entorno universitario.
- Financiación complementaria: la inversión privada puede complementar los presupuestos públicos, permitiendo proyectos de mayor envergadura y la adquisición de tecnología punta.
- Transferencia de conocimiento: la universidad se beneficia de la experiencia práctica y las demandas del mercado laboral que aporta el sector privado. Por su parte, las empresas acceden al conocimiento científico y la investigación fundamental generada en los campus.
Este modelo de sinergia ayuda a reducir la brecha entre lo que se enseña y lo que demanda la sociedad, una de las responsabilidades clave del docente como curador de contenidos. La colaboración público-privada asegura que los planes de estudio se mantengan actualizados y que la formación profesional digital esté alineada con las necesidades reales de la economía.
La visión de Arrufat en el congreso
La perspectiva de Miguel Arrufat sobre la cooperación y la inversión se integró perfectamente en el diálogo de alto nivel que caracterizó al I Congreso Futuro Iberoamericano. Su participación se enmarcó en una mesa de debate moderada por Rafael Puyol, presidente de UNIR, y que contó con la presencia de figuras académicas de gran prestigio internacional.
La mesa de debate reunió a líderes de la educación superior que compartieron la preocupación por el futuro de la universidad en la era digital. Entre los participantes se encontraban:
- Eva Alcón: presidenta del Consejo de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), quien ofreció una lección magistral sobre el panorama nacional.
- Cristovam Buarque: ex Rector de la Universidad de Brasilia y ex ministro de Educación de Brasil.
- Enrique Graue: ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Alejandro Gaviria: ex Rector de la Universidad de Los Andes y ex ministro de Educación Nacional de Colombia.
La presencia de estos líderes iberoamericanos validó la tesis de que la transformación digital es un reto regional que exige una respuesta coordinada. El consenso en el panel fue que la IA no debe ser vista como una amenaza, sino como una herramienta que, gestionada con ética y visión estratégica, puede potenciar las capacidades del investigador y del estudiante.
La formación profesional digital solo será efectiva si se sustenta en tres pilares interconectados: inversión masiva, cooperación permanente entre universidades y una colaboración público-privada activa y estratégica.
La visión de UNIR se posiciona como un modelo de vanguardia que entiende que el futuro de la universidad reside en la capacidad de liderar la transformación a través de la sinergia. Solo mediante un esfuerzo conjunto (gobiernos, instituciones académicas y el sector privado) se podrá asegurar que la IA se convierta en un motor de progreso y no en una fuente de desigualdad.